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Mostrando entradas de marzo, 2011

Mientras llegas...

Dijiste que vendrias mientras espero dormido llegas de improviso me besas la boca mientras acaricio tu cintura, te invito a pasar en mi habitacion te desnudas, hacemos el amor lentamente, el sonido del telefono me despierta, eras tu, diciendo que no vendras.

Herida

Si nunca has tenido una herida Jamás podrás decirme cuanto me duele En el momento que lloras sobre ella más duele y me desangras sin piedad alguna Pensando en curar la misma Arriesgo mi amor por ti Para desangrarme a los pies de tu figura.

AMARTE A CIEGAS

Depositare mis sueños en tus labios para seguir con mis fantasías en tu boca Para amarte a ciegas cerrare mis ojos y tocare tu cuerpo, con frenesí Rosare mis labios con tu piel Erizando tu alma, despertando tus sentidos Acelerando tu corazón Reviviendo tu deseo de amor por mí.

Como se arranca el hierro de una herida

Como se arranca el hierro de una herida Su amor de las entrañas me arranqué, ¡Aunque sentí al hacerlo que la vida Me arrancaba con él! Del altar que le alcé en el alma mía La voluntad su imagen arrojó, Y la luz de la fe que en ella ardía Ante el ara desierta se apagó. Aún turbando en la noche el firme empeño Vive en la idea la visión tenaz ¡Cuándo podré dormir con ese sueño En que acaba el soñar!

COMO EN UN LIBRO ABIERTO

Como en un libro abierto Leo de tus pupilas en el fondo. ¿A qué fingir el labio Risas que desmienten los ojos? ¡Llora! No te avergüences De confesar que me quisiste un poco. ¡Llora! Nadie nos mira. Ya ves, yo soy un hombre y también lloro.

ASOMABA A SUS OJOS UNA LÁGRIMA

Asomaba a sus ojos una lágrima Y a mi labio una frase de perdón; Habló el orgullo y se enjugo su llanto Y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino; ella, por otro; Pero al pensar en nuestro mutuo amor, Yo digo aún, ¿por qué callé aquel día? Y ella dirá, ¿por qué no lloré yo?

ALGUNA VEZ LA ENCUENTRO POR EL MUNDO

Alguna vez la encuentro por el mundo Y pasa junto a mí, Y pasa sonriéndose, y yo digo: ¿Cómo puede reír? Luego asoma a mi labio otra sonrisa, Máscara del dolor, Y entonces pienso: Acaso ella se ríe Como me río yo.

¿A qué me lo decís?

¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable, Es altanera y vana y caprichosa; Antes que el sentimiento de su alma, Brotará el agua de la estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes, No hay una fibra que al amor responda; Que es una estatua inanimada, pero ¡Es tan hermosa!

Y ERA EL AMOR

Y era el amor al fin se había posado Era una mariposa sobre el seno dorado. Y era el amor Ese amor que por siempre la había perturbado En mil noches de sueños ardientes, descarados. Y era el amor El amor del suspiro, del beso apasionado El amor tan sublime, el amor esperado, Y sí, era el amor Y ya lo ha comprobado, Por eso se ve triste, Por eso ya no canta, Por eso es que ha llorado.

TU ESPALDA

A mi esposa Doña Elsa. Tu espalda es mi descanso, mi sosiego, Es la calma después de haber amado, Tu espalda es un refugio donde llego A lamer mis heridas angustiado. Tu espalda es taller de mi poesía En las noches que paso desvelado, Tu espalda tiene el fin de cada día, Es el sueño y un beso ya cansado. Y si todo se me hace cuesta arriba, Si la vida se ensaña con mi vida, Más que nunca, tu espalda es necesaria. Pues si es dura la mano del destino, Tu espalda es el altar donde me inclino Para llegar a Dios con mi plegaria.

TODAVÍA

Todavía Soy un poeta humilde Todavía soy un poeta Desconocido Todavía No he escrito Nada maravilloso Nada extraordinario Nada que se parezca A una obra de arte Pero tengo un buen Justificativo Todavía Todavía No te he visto pasar.

SE ASOMÓ TU ROSTRO

Se asomó tu rostro Entre la neblina Que abrazaba entonces A mi deambular. Se asomó tu rostro Se apartó enseguida Pero mientras viva No lo he de olvidar.

RONDA PARA MALVA

Esa niña, aquella, de los ojos claros, La que llaman Malva, La de pies desnudos, y a veces sangrando, No tiene apellido. Entre los cartones donde ella ha nacido Nunca sobra nada, Y menos monedas para un colectivo, Y no la anotaron. Su madre Su madre ha buscado, Entre los recuerdos, Unos ojos claros, Unos ojos claros o algo parecido. Pero tan oscuro siempre fue el amor. Sólo por las noches se le han acercado Siempre atropellados Pidiendo el favor, Y luego se fueron Como habían llegado, Siempre apresurados, Sin decir adiós. Y esa niña, aquella, La que llaman Malva, La de pies desnudos y sin apellido, A todos nos mira, como preguntando: ¿Estos ojos claros, Estos ojos claros De dónde Han venido?

QUE YO HABLO SOLO

¿Que yo hablo solo? No me digan eso. Es que soy poeta Yo vivo buscando Que rimen mis versos. ¿Que yo hablo solo? Es que soy un viejo Y los que escuchaban Se me han ido lejos Y los que vinieron A ocupar sus puestos Casi ni me hablan, Hasta me tropiezan, Andan apurados Con todas sus cosas Y yo de tan lerdo, Siento que molesto. ¿Que yo hablo solo? No me digan eso, Yo nunca hablo solo. Hablo con mis viejos Con todos los míos, Con tantos amigos Que ya se me han ido. Y ellos me escuchan. Porque ellos no corren, Porque ellos me esperan, Porque están conmigo Aunque no los vean. ¿Que yo hablo solo? Será porque rezo, Debe ser por eso, Será porque rezo Y al mover mis labios Pensarán que hablo, Debe ser por eso Será por mis rezos Y que soy poeta, Yo vivo buscando Que rimen mis versos.

PAGINA EN BLANCO

  Y me vuelco a una página en blanco, A llenar los renglones vacíos A tratar de formar con palabras, Un poema que venza tu hastío El que arranque por fin de tus labios Un susurro que suene a suspiro El que logre llevar a tus ojos Unas gotas de suave rocío El que pueda poner en tu pecho Algo de esto que hoy late en el mío.

OLVIDO

Tú puedes olvidar y los recuerdos Se pegan a mi piel como un castigo. Tú puedes olvidar, yo sólo vivo Añorando el querer que se ha perdido. Tú puedes olvidar y a cada noche Mil vueltas yo le doy buscando olvido. Tú puedes olvidar, cómo quisiera Olvidar como tú, sin un suspiro.

NO ME DIGAS QUE NO

No me digas que no, te pones fea Se te arruga la frente y en la boca, Ese gesto de enojo que provoca Amargura que duele y que golpea. No me digas que no, no es la manera Que debieras usar al castigarme, Porque cuida no vayas a matarme, Hay castigos que un hombre no tolera. Y por eso y aunque sea por un rato En el bien de este amor es que lo digo. Deja ya tu rencor y tu mal trato. Hazme caso, mujer, y si te pido, Si mi alma está sedienta de tu abrazo ¡Deja todo, por Dios, y ven conmigo!

NIÑA DE LA ARENA

Niña que en la arena te encontré llorando, Con un llanto blando, tu primer amor, Orgullo de niña que se hallaba herido, Tal vez un motivo que nunca existió. Por algo que él dijo o no sé que cosa Tu boca de rosa se te marchitó. Y aquellos pucheros, los que se habían ido, Vuelven del olvido a llorar tu amor. De un mundo de mimos salís a la vida, Y aquí, No hay quien cuida de algún moretón, Ya viene la noche niña de la arena Recoge tu pena, mañana Mañana habrá sol.

MI POEMA DE ABRIL

Picoteando la cáscara De algún viejo recuerdo Con la lluvia de abril Nacerá mi poema Le pondré mil colores Los más puros y claros Una música tenue Y un perfume de nardos. Como una luciérnaga Brillará titilando Y subirá por los aires Escapando de mi alma Se estirarán mis manos Sin poder alcanzarlo, Se quedarán mis labios Como siempre rogando: Que una estrella lo guíe Que lo lleve a tu lado, Pues si tú lo encontraras, Si llegas a escucharlo Mi poema de abril Quizá viva hasta mayo.

MI POEMA

Mi poema está ahí Uno más Entre millones Que andan dispersos por el mundo Son tantos los poemas Como son tantas Las doradas hojas del otoño Pero un día De pronto Por algún motivo o sin ningún motivo Tu mirada se detiene en él Y mi poema se ilumina Tus ojos lo observan Y mi poema se siente hermoso Tus ojos lo leen Y ese poema brilla Como una estrella Luego mientras tú prosigues el camino, Mientras te alejas Llevando sobre ti Algo de ese brillo Que se va apagando Mi corazón agradecido Te grita "gracias".

ME PREGUNTO

Soneto II Qué se dirán, amor, esas veredas Que nos vieron pasar juntos del brazo Qué se dirán, amor, hoy que nos queda Llevar entre los dos nuestro fracaso. Qué se dirán, amor, aquellos árboles Que marcamos con tantos juramentos Qué se dirán si oyen nuestras voces Discutiendo llevadas por el viento. Qué se dirán, amor, esas estrellas Qué se dirán al ver nuestras querellas Qué se dirán, ya sé, no dirán nada. Amores tan deshechos como el nuestro Se ven tantos, amor, que por supuesto, Las estrellas ya están acostumbradas.

ME HAN TIRADO UN BESO ESTA MAÑANA

Me han tirado un beso esta mañana, Me lo enviaron los labios de un niño, Y tú sabes cuánta sed hay en el alma, De una simple muestra de cariño. Me han tirado un beso esta mañana, Y mira cómo influyen estas cosas, Que mi aburrido día de semana, De golpe se pobló de mariposas.

LA PREGUNTA (FRAGMENTO)

Porque odio la soledad, que ya mucho he sufrido, Porque te quiero y no quiero ser causa de otro fracaso, Por eso cuando te miro, por eso cuando te abrazo Nada quiero yo saber de la vida que has tenido, Y si murmuro a tu oído, la pregunta que tendré, Será la misma de siempre Decime amor, ¿me querés?

LA NIÑA DEL LAGO

La niña sentada a orillas del lago, Leyendo poesía de su libro Azul, Te muestra que todo no está tan cambiado, Están los que sueñan lo mismo que tú. Son los que leyendo de un mundo de ensueño, Mundo de romance, reino del amor, Sienten que ellos pueden también ser los dueños De esos sentimientos que brinda el autor. Sueñan ser amados como en la poesía, Por seres perfectos de muy suave voz, Que al hablar envuelven con la melodía Que sólo se escucha cuando habla el amor. La niña del lago levanta los ojos, Viendo que la tarde ya casi pasó, Leyendo poesía se le hizo tan corta, Que dubitativa mira su reloj. Con pena, suspiros, recoge sus sueños, Los guarda entre hojas de su libro Azul, Y por un sendero se nos va corriendo, Ha vuelto este mundo, de tanta inquietud.

FLORES SILVESTRES

Si al pasar frente a una tumba Descubres flores silvestres Flores que ninguna mano Ha plantado. No lo dudes Ahí debajo Yace un poeta.

EL VELERO BLANCO

Desde que era niño siempre tuvo el sueño, Que le dio un barquito hecho de papel, Y fue desde entonces que quiso ser dueño Del velero blanco y bogar en él, No por los paisajes de cielos lejanos Tampoco por islas de hermoso coral Él solo soñaba sentarse en su barco Y por una brisa dejarse llevar. Al pasar el tiempo se quedó en un sueño Como tantos sueños, su sueño de mar Nunca dijo nada, pues siempre temía Que si alguien sabía se fuera a burlar. Hoy que ya está viejo, y nadie le ofrece Por sus pocas fuerzas un trozo de pan, Agarra la silla, esa que se mece, Y se va hasta el patio, buscando soñar, En la vieja silla se siente en el barco, Cerrando los ojos escucha la mar Y hasta hay una brisa Que baja a sus labios Olas muy pequeñas Con sabor A sal.

ABUELO (JUGANDO)

El niño mira al abuelo Y lo invita a su jugar, Dolorido está el abuelo, Pero acepta, sin chistar. Cuando pasan los minutos, El viejo siente al jugar, Que ya no le duele tanto, Lo que lo hacía penar. Y entonces Entonces son carcajadas Las que se escuchan de a par, De ese nieto y de ese abuelo, Que disfrutan por igual.

DON RAMÓN

Aprende un buen poema Y lo disfrutarás toda tu vida, Enséñaselo a tus hijos Y nunca se sentirán solos, Enséñaselo a tus nietos Y siempre te recordarán.

COMO PÁJAROS

Como un pájaro Ella Atraviesa las nubes Por llegar hasta el cuarto. Como un pájaro Ella En sus plumas de noche Hay un brillo de estrellas. Como un pájaro Ella Extendiendo las alas Pone el cielo en la cama. Como un pájaro Ella Hace nido en mi pecho Picotea mi cuello. Como un pájaro Ella Con graznidos eternos, Se la escucha Volar. Mirada haiku El primer beso No lo dan los labios Es con los ojos.

AMIGOS

Si te sientas conmigo, Si tú estás a mi lado, Que seamos amigos, Ya está casi arreglado. Te diré dos palabras, Cualquier cosa que sea, Buscaré de tus labios La respuesta cualquiera. Abriré tu sonrisa Con palabras graciosas, Te diré con malicia Una frase ingeniosa. Buscaré en tu mirada Si me has comprendido, Sólo ofrezco palabras, Sólo ofrezco mi oído. El tener quién escuche Cuando quieres hablar, Quién te brinde silencio Cuando quieras pensar. El tener quién te hable Si querés escuchar, Es tan bueno, ¿y qué cuesta? Casi nada, al final. Si te sientas conmigo, Si tú estás a mi lado, Que seamos amigos, Ya está casi arreglado.

VAIVÉN

Por la tarde, ya al subir; Por la noche, ya al bajar; Yo quiero pisar la nieve Azul del Jacarandá. ¿Es azul, tarde delante? ¿Es lila, noche detrás? Yo quiero pisar la nieve Azul del Jacarandá. Si el pájaro serio canta Yo quiero pisar la nieve Azul del Jacarandá. Si el mirlo liliburlero, Que es lila su lilear; Yo quiero pisar la nieve Azul del Jacarandá. Ya nieve azul a la ida, Nieve lila al retornar; Yo quiero pisar la nieve Azul del Jacarandá.

SUEÑO DEL MARINERO

Yo, marinero, en la ribera mía, Posada sobre un cano y dulce río Que da su brazo a un mar de Andalucía, Sueño en ser almirante de navío, Para partir el lomo de los mares, Al sol ardiente y a la luna fría. ¡Oh los hielos del sur! ¡Oh las polares Islas del norte! ¡Blanca primavera, Desnuda y yerta sobre los glaciares! ¡Cuerpo de roca y alma de vidriera! ¡Oh estío tropical, rojo, abrasado, Bajo el plumero azul de la palmera! Mi sueño, por el mar condecorado, Va sobre su bajel, firme, seguro, De una verde sirena enamorado, Concha del agua allá en su seno oscuro. ¡Arrójame a las ondas, marinero Sirenita del mar, yo te conjuro! ¡Sal de tu gruta, que adorarte quiero, Sal de tu gruta, virgen sembradora, A sembrarme en el pecho tu lucero! Ya está flotando el cuerpo de la aurora En la bandeja azul del océano Y la cara del cielo se colora. De carmín. Deja el vidrio de tu mano Disuelto en la alba urna de mi frente, Alga de nácar y cantadora en vano Bajo el vergel azul de la corriente. ¡Gélido

SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA

Si mi voz muriera en tierra, Llevadla al nivel del mar Y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar Y nombradla capitana De un blanco bajel de guerra. Oh mi voz condecorada Con la insignia marinera: Sobre el corazón un ancla Y sobre el ancla una estrella Y sobre la estrella el viento Y sobre el viento una vela.

SE EQUIVOCÓ LA PALOMA

Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir al norte, fue al sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba. Creyó que el mar era el cielo; Que la noche, la mañana. Se equivocaba. Que las estrellas, rocío; Que la calor, la nevada. Se equivocaba. Que tu falda era tu blusa; Que tu corazón, su casa. Se equivocaba. Ella se durmió en la orilla. Tú, en la cumbre de una rama.

SE DESPERTO UNA MAÑANA

Se despertó una mañana. Soy la yerba, Llena de agua. Me llamo yerba. Si crezco, Puedo llamarme cabello. Me llamo yerba. Si salto Puedo ser rumor de árbol. Si grito, puedo ser pájaro Si vuelo Hubo temblores de hierba Aquella noche en el cielo.

SE ASOMBRÓ EL GALLO

Al alba, se asombró el gallo. El eco le devolvía Voz de muchacho. Se halló signos varoniles, El gallo. Se asombró el gallo. Ojos de amor y pelea, Saltó a un naranjo. Del naranjo, a un limonar; De los limones, a un patio; Del patio, saltó a una alcoba, El gallo. La mujer que allí dormía Lo abrazó. Se asombró el gallo.

SALINERO

Y ya estarán los esteros Rezumando azul de mar. ¡Dejadme ser, salineros, granito del salinar! ¡Qué bien, a la madrugada, Correr en las vagonetas Llenas de nieve salada, Hacia las blancas casetas! ¡Dejo de ser marinero, Madre, por ser salinero!

PREGÓN

¡Vendo nubes de colores: Las redondas, coloradas, Para endulzar los calores! ¡Vendo los cirros morados Y rosas, las alboradas, Los crepúsculos dorados! ¡El amarillo lucero, Cogido a la verde rama Del celeste duraznero! ¡Vendo la nieve, la llama Y el canto del pregonero!

PARAISO PERDIDO

A través de los siglos, Por la nada del mundo, Yo, sin sueño, buscándote. Tras de mí, imperceptible, Sin rozarme los hombros, Mi ángel muerto, vigía. ¿A dónde el Paraíso Sombra, tú que has estado? Pregunta con silencio. Ciudades sin respuesta, Ríos sin habla, cumbres Sin ecos, mares mudos. Nadie lo sabe. Hombres Fijos, de pie, a la orilla Parada de las tumbas, Me ignoran. Aves tristes, Cantos petrificados En éxtasis el rumbo, Ciegas. No saben nada. Sin sol, vientos antiguos, Inertes, en las leguas Por andar, levantándose Calcinados, cayéndose De espaldas. Poco dicen. Diluidos, sin forma La verdad que en sí ocultan, Huyen de mí los cielos. Ya en el fin de la Tierra, Sobre el último filo, Resbalando los ojos, Muerta en mí la esperanza, Ese pórtico verde Busco en las negras simas. ¡Oh boquete de sombras! ¡Hervidero del mundo! ¡Qué confusión de siglos! ¡Atrás, atrás! ¡Qué espanto De tinieblas sin voces! ¡Qué perdida mi alma! Ángel muerto, despierta. ¿Dónde estás? Ilumina Con tu

¡OH TÚ, MI AMOR!

Oh tú, mi amor, la de subidos senos En punta de rubíes levantados, Los más firmes, pulidos, deseados, Llenos de luz y de penumbras llenos. Hermosos, dulces, mágicos, serenos O en la batalla erguidos, agitados, O ya en juegos de puro amor besados, Gráciles corzas de dormir morenos. Oh tú, mi amor, el esmerado estilo De tu gran hermosura que en sigilo Casi muriendo alabo a toda hora. Oh tú, mi amor, yo canto la armonía De tus perfectos senos la alegría Al ver que se me abren cada aurora.

NOCTURNO (2)

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre Se escucha que transita solamente la rabia, Que en los tuétanos tiembla despabilado el odio Y en las médulas arde continua la venganza, Las palabras entonces no sirven, son palabras. Balas, balas. Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, Humaredas perdidas, neblinas estampadas, ¡Qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, Qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! Balas, balas. Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, Lo desgraciado y muerto que tiene una garganta Cuando desde el abismo de su idioma quisiera Gritar lo que no puede por imposible, y calla. Balas, balas. Siento esta noche heridas de muerte las palabras.

NOCTURNO (1)

Toma y toma la llave de Roma, Porque en Roma hay una calle, En la calle hay una casa, En la casa hay una alcoba, En la alcoba hay una cama, En la cama hay una dama, Una dama enamorada, Que toma la llave, Que deja la cama, Que deja la alcoba, Que deja la casa, Que sale a la calle, Que toma una espada, Que corre en la noche, Matando al que pasa, Que vuelve a su calle, Que vuelve a su casa, Que sube a su alcoba, Que se entra en su cama, Que esconde la llave, Que esconde la espada, Quedándose Roma Sin gente que pasa, Sin muerte y sin noche, Sin llave y sin dama.

ME DIGO Y ME RETEDIGO

Me digo y me retedigo. ¡Qué tonto! Ya te lo has tirado todo. Y ya no tienes amigo, Por tonto. Que aquel amigo Tan sólo iba contigo Porque eres tonto. ¡Qué tonto! Y ya nadie te hace caso, Ni tu novia, ni tu hermano, Ni la hermana de tu amigo, Porque eres tonto. ¡Qué tonto! Me digo y me lo redigo.

MALVA LUNA DE HIELO

Las floridas espaldas ya en la nieve, Y los cabellos de marfil al viento. Agua muerta en la sien, el pensamiento Color halo de luna cuando llueve. ¡Oh, qué clamor bajo del seno breve, Que palma al aire el solitario aliento! ¡Qué témpano, cogido al firmamento, El pie descalzo que a morir se atreve! Brazos de mar, en cruz, sobre la helada Bandeja de la noche; senos fríos, De donde surge, yerta, la alborada; ¡Oh piernas como dos celestes ríos, Malvaluna de hielo, amortajada Bajo los mares de los ojos míos!

LOS ANGELES BÉLICOS

Viento contra viento. Yo, torre de mando, enmedio. Remolinos de ciudades Bajan los desfiladeros. Ciudades del viento sur, Que me vieron. Por las neveras rodando, Pueblos. Pueblos que yo desconozco, Ciudades del viento norte, Que no me vieron. Gentío de mar y tierra, Nombres, preguntas, recuerdos, Frente a frente. Balumbas de frío encono, Cuerpo a cuerpo. Yo, torre de mando, enmedio, Lívida torre colgada De almas muertas que me vieron, Que no me vieron. Vientro contra viento.

HACE FALTA ESTAR CIEGO

Hace falta estar ciego, Tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio, Cal viva, Arena hirviendo, Para no ver la luz que salta en nuestros actos, Que ilumina por dentro nuestra lengua, Nuestra diaria palabra. Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría, Sin participación de los himnos futuros, Sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado sombrío de la tierra. Hace falta querer ya en vida ser pasado, Obstáculo sangriento, Cosa muerta, Seco olvido.

ESE GENERAL

Aquí está el general. ¿Qué quiere el general? Una espada desea el general. Ya no existen espadas, general. ¿Qué quiere el general? Un caballo desea el general. Ya no existen caballos, general. ¿Qué quiere el general? Otra batalla quiere el general. Ya no existen batallas, general. ¿Qué quiere el general? Una amante desea el general. Ya no existen amantes, general. ¿Qué quiere el general? Un gran tonel de vino desea el general. Ya no hay tonel ni vino, general. ¿Qué quiere el general? Un buen trozo de carne desea el general. Ya no existen ganados, general. ¿Qué quiere el general? Comer yerbas desea el general. Ya no existen los pastos, general. ¿Qué quiere el general? Beber agua desea el general. Ya no existe más agua general. ¿Qué quiere el general? Dormir en una cama desea el general. Ya no hay cama ni sueño, general. ¿Qué quiere el general? Perderse por la tierra desea el general. Ya no existe la tierra, general. ¿Qué quiere el general? Morirse como un perro desea el general. Ya no e

EL VERDE ALHELI, PLAYERAS

II A la sombra de una barca, Fuera de la mar, dormido. Descalzo y el torso al aire. Los hombros, contra la arena. Y contra la arena, el sueño, A la sombra de una barca Fuera de la mar, sin remos. XVII ¡Quién cabalgara el caballo De espuma azul de la mar! De un salto ¡Quién cabalgara la mar! ¡Viento, arráncame la ropa! ¡Tírala, viento, a la mar! De un salto, Quiero cabalgar la mar. ¡Amárrame a los cabellos, Crin de los vientos de mar! De un salto, Quiero ganarme la mar .

EL NEGRO ALHELI, LA MALDECIDA

No quiero, no, que te rías, Ni que te pintes de azul los ojos, Ni que te empolves de arroz la cara, Ni que te pongas la blusa verde, Ni que te pongas la falda grana. Que quiero verte muy seria, Que quiero verte siempre muy pálida, Que quiero verte siempre llorando, Que quiero verte siempre enlutada.

EL MAR, LA MAR

¿Por qué me trajiste, padre, A la ciudad? ¿Por qué me desenterraste Del mar? En sueños, la marejada Me tira del corazón. Se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste Acá?

EL BLANCO ALHELI, MODAS

Tú no sabes lo que es eso Y ojalá nunca lo sepas En la boca el colorete, Las melenitas cortadas, El cuerpo sobre la falda, Y las medias transparentes. ¡Viva toda tú, franjada De redondeles de grana! ¿No sabes que ya las rosas No son del tiempo, en la cara? Si a ti las pinta el aire, ¡Mejor que mejor, serrana! ¿No sabes que los cabellos Los peinan peines de plata? Si a ti los peina el viento, ¡Mejor que mejor, serrana! ¿No sabes tú que las medias Son de seda y no de lana? Si son de algodón las tuyas, ¡Mejor que mejor, serrana!

ANGEL DEL MISTERIO

Un sueño sin faroles y una humedad de olvidos, Pisados por un nombre y una sombra. No sé si por un nombre o muchos nombres, Si por una sombra o muchas sombras. Reveládmelo. Sé que habitan los pozos frías voces, Que son de un solo cuerpo o muchos cuerpos, De un alma sola o muchas almas. No sé. Decídmelo. Que un caballo sin nadie va estampando A su amazona antigua por los muros. Que en las almenas grita, muerto, alguien Que yo toqué, dormido, en un espejo, Que yo, mudo, le dije No sé. Explicádmelo.

AMOR, DE TARDE

Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro y acabo la planilla y pienso diez minutos y estiro las piernas como todas las tardes y hago así con los hombros para aflojar la espalda y me doblo los dedos y les saco mentiras. Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cinco y soy una manija que calcula intereses o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas o un oído que escucha cómo ladra el teléfono o un tipo que hace números y les saca verdades. Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las seis. Podrías acercarte de sorpresa y decirme “ ¿Qué tal? ” y quedaríamos yo con la mancha roja de tus labios tú con el tizne azul de mi carbónico.

ANGELUS

Quién me iba a decir que el destino era esto. Ver la lluvia a través de letras invertidas, un paredón con manchas que parecen prohombres, el techo de los ómnibus brillantes como peces y esa melancolía que impregna las bocinas. Aquí no hay cielo, aquí no hay horizonte. Hay una mesa grande para todos los brazos y una silla que gira cuando quiero escaparme. Otro día se acaba y el destino era esto. Es raro que uno tenga tiempo de verse triste: siempre suena una orden, un teléfono, un timbre, y, claro, está prohibido llorar sobre los libros porque no queda bien que la tinta se corra.

COMISIÓN

Mírela y no proteste ésta es su tierra amigo ella lo está esperando como una amante nueva como la tierra simplemente que es yo no sé si mañana estará como ahora ahí nomás tan cerquita al lado de su mano delante de su pie porque la tierra es eso una esperanza porque la tierra es claro una inversión y cada día usted sabe que su esperanza vale un poco un poco más tómela y no discuta ella lo está esperando como una buena madre como una patria nueva como la tierra simplemente que es piénselo usted la paga en treinta años qué son treinta años para el mundo treinta años para Dios un abrir y cerrar de ojos un suspiro además claro bueno comonó comonó ésta es su tierra amigo no se olvide de abonarme la seña es más seguro.

ELEGÍA EXTRA

Hoy un domingo como cualquier otro uno de esos que Dios ha reservado para el mate la radio despacito para el amor repetido en los parques para el descanso el vino y el Estadio para la dulce farra de la siesta precisamente hoy un domingo cualquiera debo abrir puertas de silencio horrible debo juntarme con mi aburrimiento debo enfrentar mi mesa empecinada asquerosa de tinta y de papeles. El sol allí cerquita sucio domingo pienso yo a veces di consejos claros como setiembre yo me hice mala sangre hasta la madrugada ¿y ahora qué? ahora espesos y rituales Gardel y un alboroto bajan del sexto piso el sol va recorriendo tranquilamente el muro y yo como un intruso y yo como una pieza dislocada yo frente al miedo de la Ciudad Vieja más allá del fervor y el pesimismo porque a mis dedos ya nadie los mueve y quedan más planillas más planillas más inmundas planillas todas con siete copias